martes, 3 de noviembre de 2015

Combatiente de primera

Dolores Vargas de Urdaneta fue una primera combatiente extraordinaria

Fluye pronta la admiración ante el ejemplo de amor, de constancia y valentía que es Dolores Vargas, la esposa, la compañera de vida y de batallas del general Rafael Urdaneta. Conmovedor fue escucharlo narrado en la voz de uno de sus bisnietos, Alberto Urdaneta, quien a sus 92 años nos ofreció en Maracaibo, con una lucidez impecable, el testimonio de herencia de valores morales que les fue legado.

Dolores Vargas le dio once hijos a la patria, con los cuales seguía a su esposo a cada lugar y circunstancia que le depararan destino y compromiso con la libertad de Venezuela, el proyecto de la Gran Colombia y la lealtad a Bolívar. Más entre pobreza que en abundancia, y aún más entre dificultades que en tranquilidad, entre ambos formaron una familia rica en conocimientos y estudio, en ideales, en honestidad, en afán de trabajo por el país, ofrendando inclusive la vida misma, como ocurrió con el primogénito.

Sin lugar a dudas, Dolores Vargas de Urdaneta fue una primera combatiente extraordinaria, y personifica a las compañeras de lucha, más bien de una doble lucha: en lo político, sin descuidar el ámbito familiar. Nada puede suplir la intuición, la conexión espontánea entre el corazón y la mente propia de la mujer, y que la hace capaz de impregnar de humanismo y amor la gestión de gobierno, sea en la sociedad o en el hogar.

Junto a mi esposa Margarita, en Maracaibo, recibimos a las compañeras de gobernadores y alcaldes bolivarianos participantes del encuentro de primeras combatientes, en el cual intercambiamos información, apoyo y experiencias. Llegue nuestro reconocimiento a las primeras combatientes de los hogares, especialmente en este escenario de guerra económica, cuando día a día mantienen su fe en el futuro y el afán del presente, entendiendo que es un momento para vencer las fuerzas retrógradas.

La humanidad debe llegar a la plena conciencia de que solo mediante el equilibrio entre lo femenino y lo masculino lograremos el progreso con justicia, el bienestar colectivo y en armonía con la madre tierra.

 

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