Nos une la Chiquinquirá

Trabajamos con varios sectores para que la Feria de La Chinita sea un potenciador de la fe

Es una vivencia cultural que, alrededor de un evento religioso, une a los habitantes de la cuenca del lago de Maracaibo. Venerada en varios estados del occidente venezolano y en Colombia, la Virgen del Rosario de Chiquinquirá convoca a una celebración colectiva que nos da la oportunidad de trascender hacia la unión en las mejores expresiones del pueblo, en lo artístico, en lo espiritual y en el compromiso por la región.

La devoción nació hace más de 260 años, impregnada de elementos simbólicos: el retablo llegó desde Colombia flotando sobre las aguas del lago de Maracaibo; fue una humilde lavandera quien lo rescató y lo llevó a su hogar; la imagen de la Virgen María tiene evidentes rasgos indígenas, y el milagro de la renovación tuvo lugar en el sector más pobre de la ciudad para la época.

Los siglos y la fe convirtieron a la sencilla ermita que sirvió de templo para la reliquia, en la imponente Basílica, y la devoción se ha extendido de tal forma que La Chinita -como popularmente se invoca- es la raíz de una de las más ricas manifestaciones culturales del occidente del país.

Es por ello que hemos devuelto al casco central de Maracaibo la decoración luminosa, los espectáculos de excelente calidad musical y la feria artesanal, en el emblemático parque "General Rafael Urdaneta". Es un acto de reivindicación hacia El Saladillo y sus habitantes, esparcidos en la década de los '70 en una dolorosa diáspora ordenada por una alianza perversa de gobierno con empresarios sin alma, que decretaron la demolición del barrio polícromo y gaitero que fue la cuna de la devoción chiquinquireña, y esencia del alma maracaibera.

Desde la gobernación del Zulia, y en mancomunidad con las instituciones del gobierno bolivariano, trabajamos con los diferentes sectores -artísticos, religioso, económicos- para que la Feria de La Chinita sea un potenciador de la fe en la región y en sus ricas posibilidades de progreso integral. Con los brazos abiertos, recibimos a los visitantes y compartimos lo mejor de la tierra zuliana.